Mi padre era el hombre peor malpensado de este planeta. Su filosofía era “piensa mal y acertarás”, o “si piensas en lo peor nunca te sorprenderás”.
En una ocasión, conduciendo, vimos una casa prefabricada de madera, preciosa, al lado de la carretera. Yo le dije a mi padre: “ mira papá qué casa más bonita”, a lo que mi padre respondió: “Para que venga alguien con una garrafa de gasolina y le prende fuego”. Yo no podía dar crédito a lo que oía.
En otra me enfrentaba a un examen, y cuando le conté una historia que había ocurrido, mi padre me espetó : “a ver si te están mintiendo”, especialmente me enfadó, puesto que esa respuesta implicaba que no me valoraba como me valoraban mis compañeros.
En realidad no era su culpa, lo habían educado así, hoy es cuando me doy cuenta de eso y que no debería haberme enfadado por eso. Me explico.
Cuando nacemos todos tenemos un lienzo en blanco, que alguien va pintando por nosotros. Ese alguien son: nuestros padres, hermanos, primos, tíos. Todos influyen ese lienzo.
El problema viene cuando nos encontramos con personas que no tienen el mismo patrón que nuestro lienzo, a veces ese lienzo vemos que lo han borrado para volverlo a pintar, algo muy difícil de hacer. Es cuando empiezan nuestros juicios a esa persona: “no deberías de hacer esto”, “no te va a salir bien”.
El conflicto surge cuando nos enfrentamos a esas personas que nos están intoxicando. Hay varias maneras de resolverlo, pero ya hablaré de esto en otro post.
Para enfrentarnos a esas personas tenemos que analizarnos nosotros mismos primero, y no saltar a la primera de cambio. Saltarán con cosas como: “tienes el ego un poco subido”.
En coaching no hay palabra peor malinterpretada que esa, junto con los saboteadores.
Una persona “tiene ego”, cuando no acepta que está equivocada y se inventa excusas para tener la razón. Aquí entra en juego esos “saboteadores”. El ego no se refiere a tener aires chulescos de que siempre tienen razón. Una persona puede tener razón, incluso cuando se equivoca. Y no saben la carga que supone.
En cuanto a los saboteadores, es una de las grandes mentiras del coaching. No existen. Me explico.
Todos tenemos unos diálogos internos. Estos diálogos aparecen cuando hay un conflicto entre el lienzo que tenemos pintado, por otra persona, y el lienzo que queremos pintar. Así de simple, cuando queremos emprender algo y no lo hacemos no es que nuestro yo conservador nos diga que hay que tener cuidado, es que nos han educado de una manera determinada que nos impide borrar el lienzo antigüo.
Hay gente que me dice que son sus propios enemigos, ¿en serio? ? deberíamos ser nuestros propios amigos. A veces me pregunto si las personas que se dicen esas cosas realmente piensan o sienten que eso es así.